sábado, 13 de noviembre de 2010

Alzheimer: una alimentación especial.

Lo primero que pensamos al escuchar Alzheimer es en un adulto mayor, y si, ésta enfermedad es característica de los pacientes geriátricos o de los abuelitos, la cual se esta volviendo muy común en nuestro entorno, pero la buena noticia es que se puede prevenir desde antes de llegar a la etapa de la vejez con nuestra alimentación, ya que la estructura y función de nuestro cerebro está estrechamente relacionado con nuestra dieta.

La enfermedad de Alzheimer es un padecimiento degenerativo del sistema nervioso central caracterizado por pérdida de memoria y deterioro de las funciones cognoscitivas, la cual se asocia a la perdida de peso y desnutrición energético-proteica por lo que aumenta el grado de mortalidad y morbilidad.

Existen diversos factores que influyen en el estado nutrición del paciente enfermo de Alzheimer como pérdida de la independencia, dificultad para orientarse, desórdenes en el comportamiento para comer y deambulación frecuente lo que conlleva a una perdida de peso que se incrementa con la severidad y progresión de la enfermedad, por lo que se necesita una evaluación periódica de estado nutricio del paciente con la finalidad de proporcionar un adecuado aporte de nutrientes y mejorar su calidad de vida.

Los síntomas características de la enfermedad como el deterioro en los sentidos del gusto y del olfato, la disminución del apetito por efecto de medicamentos como los opioides, la pérdida de memoria, desorientación, deterioro del juicio, la anorexia (ausencia de apetito) y disfagia (molestias o dificultades para tragar) son otros problemas que impiden la ingesta adecuada de los nutrimentos necesarios.

En el tratamiento nutricional de esta enfermedad es fundamental identificar el riesgo de presentar desnutrición y evaluar periódicamente el estado de nutrición a través de antropometría, indicadores bioquímicos, inmunológicos y clínicos.

Para evitarnos todos los problemas antes mencionados y tratar de mejorar la calidad de vida de una paciente enfermo de Alzheimer, lo mejor es prevenir la enfermedad. Está comprobado que la composición de los nutrientes y el patrón de las comidas pueden ejercer efectos inmediatos o a largo plazo, beneficiosos o adversos sobre el cerebro, ya que la nutrición es un factor que puede jugar un papel importante tanto en el principio y progresión de la enfermedad como en su prevención.

Los macronutrientes están íntimamente ligados a las funciones y estructura de nuestro cerebro como por ejemplo éste consume el 50 % de los carbohidratos ingeridos en la dieta, muchos aminoácidos indispensables presentes en las proteínas dietéticas ayudan a elaborar neuromoduladores y neurotransmisores (sustancias que generan o modifican mensajes en el cerebro) y los lípidos poliinsaturados (en particular los ácidos grasos omega-3) son constituyentes de la estructura lipídica de las membranas de las células del cerebro.

Así como estos existen nutrimentos específicos de los cuales su consumo beneficia la prevención de esta enfermedad basados en estudios realizados en la población geriátrica como el complejo B en especial las vitaminas B6 y B12, vitamina C, E y K, hierro, yodo, manganeso, cobre y zinc. No esperes a ver el deterioro producido por la enfermedad de Alzheimer, empieza a trabajar para prevenirlo, no te cuesta, solo cuida tu alimentación, acércate a tu nutriólogo.

EN. Karla E. González Huerta
Licenciatura en Nutrición, Universidad del Noreste

Bibliografías
Revista Cubana de Salud Pública
versión On-line ISSN 0864-3466
Rev Cubana Salud Pública v.35 n.4 Ciudad de La Habana oct.-dic. 2009
La dieta en la enfermedad de Alzheimer
http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0864-34662009000400007&script=sci_arttext&tlng=pt

Archivos de neurociencias (México, D.F.)
versión impresa ISSN 0187-4705
Arch. Neurocien. (Mex., D.F.) v.9 n.3 México sep. 2004
Artículo de revisión
Nutrición en la enfermedad de Alzheimer
http://scielo.unam.mx/scielo.php?pid=S018747052004000900006&script=sci_arttext&tlng=es

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