miércoles, 23 de febrero de 2011

Fitoestrógenos: una alternativa natural para los síntomas de la menopausia


En los últimos años se ha incrementado la popularidad de los fitoestrógenos ya que a estos se les atribuyen numerosos beneficios para la salud humana, en las que destacan la reducción de enfermedades crónicas como la enfermedad coronaria, la aterosclerosis, hipercolesterolemia, cáncer, osteoporosis y la sintomatología climatérica.


Los fitoestrógenos surgieron a través de las investigación realizadas para determinar la importancia de las isoflavonas encontradas en la orina humana. A partir de esto, se realizo una comparación entre mujeres orientales y occidentales, ya que las orientales, debido a un alto consumo de isoflavonas en su dieta, presentaban mejores niveles de estrona y estradiol (importantes estrógenos del cuerpo) y por ende, padecen un porcentaje del 5 al 10% de oleadas de calor, en comparación con las mujeres occidentales que padecen del 70 al 85%.


Los fitoestrógenos son un grupo de sustancias procedentes de varias especies vegetales que se caracteriza por su actividad estrogénica. Se encuentra en cereales, legumbres y hortalizas siendo, sin embargo, los granos de soya una de las fuentes mas abundantes de estos.


Se encuentran diversas clasificaciones, pero desde el punto de vista estricto existen 3 familias de fitoestrógenos: los isoflavonoides, lignanos y micoestrógenos.


Aunque los fitoestrógenos tienen varios mecanismos de acción, el más estudiado es el de “receptor estrogénico”, ya que debido a la similitud en estructura de los fitoestrógenos con muchos derivado del estradiol, permite su unión al receptor estrogénico. Sin embargo la potencia estrogénica de los fitoestrógenos es considerablemente inferior a la del estradiol (estrógeno mas abundante en la mujer).


Otro mecanismo de acción de los fitoestrógenos es su acción antioxidante, la cual permite tener un papel importante en la prevención de la ateromatosis (formación de placas de colesterol en las arterias).


Son varios los estudios que se han realizado para valorar el papel que tienen los fitoestrógenos en otro de sus mecanismos de acción relacionado con la disminución de la incidencia de calor en las mujeres menopáusicas. Aunque se le atribuye este beneficio al gran consumo de soya observado en las mujeres orientales (200mg/día) en comparación con las occidentales (menos de 5mg/día) es importante tener en cuenta que existe un factor cultural considerable en la incidencia de este síntoma.


Ensayos clínicos han demostrado que dosis diarias de isoflavonas entre 50 y 76 mg (60gr/día de proteína de soya) disminuyen la incidencia de oleadas de calor a las 6 semanas de tratamiento entre el 33 y 45%. Los resultados corroboran que los compuestos flavónicos presentan una potencia de acción directamente proporcional a la dosis y que en el momento que se presenta una saturación, sus efectos benéficos no aumentan con la dosis e incluso disminuyen.

Además de los beneficios que aportan los fitoestrógenos con respecto a la incidencia de oleadas de calor durante la menopausia, también posee una acción de protección cardiovascular, ya que la edad fértil, la mujer goza de cierta protección contra la enfermedad coronaria, pero esta se pierde con la disminución estrogénica de la menopausia. Hoy se sabe que los fitoestrógenos actúan modificando favorablemente el riesgo cardiovascular a nivel del perfil lipídico (niveles de grasas en sangre), de su actividad antioxidante y de su efecto directo a nivel vascular.

Con respecto al papel de los fitoestrógenos en la prevención de la osteoporosis, los resultados aun no son muy claros, debido a que los estudios con los que contamos son observacionales y epidemiológicos. Con estos estudios se ha podido demostrar que la incidencia de osteoporosis en las mujeres orientales es menor que en las occidentales, pero no se puede afirmar que la dieta rica en fitoestrógenos de la soya sea la causa de este hallazgo. Los datos obtenidos en estudios experimentales en humanos muestran algún efecto protector sobre la masa ósea por parte de las isoflavonas.


Los estudios epidemiológicos han sugerido que el consumo de soya se relaciona con una menor incidencia de los problemas derivados del hipoestrogenismo en la menopausia pero también han hecho mención de la relación que tiene los fitoestrógenos en la prevención de ciertos canceres, como el de mama, endometrio, ovario, próstata y colon, ya que se ha visto una menor incidencia de cáncer de mama en países orientales, donde el consumo de fitoestrógenos es alto y también una menor tasa de morbilidad atribuida a esta enfermedad.


Los mecanismos de acción por los cuales los fitoestrógenos pueden disminuir el riesgo de cáncer de mama son varios, pero se cree que tienen una acción competitiva con el estradiol por el receptor estrogénico y debido a su escasa potencia, pueden actuar como antiestrógenos en la mama.


Tomando en cuenta que los fitoestrógenos representan un atractivo adicional para la mujer de hoy, pues se trata de una terapia natural, la adherencia al tratamiento puede ser mejor respecto a las demás alternativas terapéuticas. Sin embargo, se debe ser muy objetivo en la utilización de estos y no se debe olvidar del principal aspecto que marca la diferencia en el manejo de la menopausia, que es la individualización de la terapia.

E.N. Karla Edith González Huerta
Dra. Cynthia Rodríguez González

Bibliografía
http://www.encolombia.com/medicina/menopausia/meno9103-fitoestrogenos.htm

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