Las personas de todo el mundo disfrutan de la cafeína desde hace mucho tiempo. Esta sustancia se encuentra de forma natural en mas de 60 mil plantas y es la droga de mayor consumo en todo el mundo, sobre todo como componente de café, el té, las bebidas de cola y otra bebidas. Además, puede formar parte de muchos fármacos de venta libre y se encuentran en pequeñas concentraciones en el chocolate. El bebedor promedio de café consume tres tazas por día y algunas personas (incluso muchos estudiantes universitarios) ingieren 10 tazas diarias o más. Con la finalidad de energetizarse y ponerse más activo, para lograr resistir las actividades laborales o escolares.
El efecto más evidente de la cafeína se observa sobre el sistema nervioso. Esta sustancia imita los efectos de la división simpática de sistema nervioso autónomo. En general, tanto la cafeína como la estimulación simpática tienden a “excitar” al individuo. Por ejemplo, en ambos casos la frecuencia cardiaca se acelera u se intensifica.
Los efectos inmediatos de la cafeína varían en forma significativa en casa persona. Algunas experimentan síntomas indeseables, como fasciculaciones musculares (contracciones espontaneas de las fibras musculares), ansiedad, hipertensión arterial, palpitaciones, trastornos digestivos, dolores de cabeza y dificultad para dormir con cantidades mínimas de cafeína, otras solo sufren algunos síntomas si el consumo de cafeína supera lo acostumbrado. Si los síntomas duran poco el consumo de cafeína se reduce o se elimina, la sobrecarga de cafeína, no parece contribuir con ningún daño a largo plazo en los adultos sanos.
Si bien toda la tolerancia a la cafeína es variable, los estudios sugieren que el consumo en cantidades moderadas durante un periodo prolongado no expondría a ningún problema de salud futuro, una cantidad moderada de cafeína equivale a la contenida en dos tasas de café por día. Estas pautas no se aplican a quienes experimentan síntomas negativos cuando consumen esta sustancia; se la debe evitar cuando afecta la salud, Algunos estudios en animales sugieren una asociación entre la cafeína y las anomalías congénitas, En consecuencia la FDA (Food and Drug Administration) recomienda que las mujeres embarazadas eviten o reduzcan el consumo durante la gestación.
E.N. Teresa De Jesús Galván Echazarreta.
Fuente:
Vida Sana, Editorial Panamericana.
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